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Buenos días mi gente hermosa, mis ángelitos rojos, mis agotados pero bravos corazones palpitantes, mis unos y ceros favoritos, el conjunto de entidades complejas, interactuando a través de un protocolo común federado, que yo más quiero.
El fediverso: donde los linuxeros y la gente normal se dan la mano. Pensad en la magnitud de este hecho inaudito, casi imposible años atrás. Las décadas que han tenido que pasar para que algo así se diese. Los milagros hay que celebrarlos y yo hoy lo voy a hacer declarando este viernes como el #ViernesDeApreciacionAlLinuxero
Linuxeros, hoy podéis salir a la luz del sol, orgulloses. Hoy os celebramos porqué siempre estuvisteis ahí, antes del wine, luchando contra todo confort, con uñas y código.
No tener drivers, software, juegos... Nunca os frenó. Luchasteis unos con otros, distro en ristre, peleando con vuestros estandartes: fedoras rojos, pingüinos bizcos, nombres africanos, nombres africanos con una K delante... Quemasteis miles, millones de princos para probar nuevas versiones con pequeñísimas, ridículas mejoras, solo por ser la avanzadilla de una revolución, de ser el ejército del futuro, de joder a Micro$hit y al GiliGates. #ViernesDeApreciacionAlLinuxero
Usasteis Gimp durante años. ¡Gimp! ¿Qué más se puede decir sobre el férreo compromiso de alguien que verlo usar Gimp no una vez, no: durante lustros? Se me saltan las lágrimas de pensarlo, pero ahí estuvisteis siempre. Sois titanes y titanas, eso sois. #ViernesDeApreciacionAlLinuxero
Así que hoy digo, con un móvil Android en una mano y una SteamDeck en la otra: sí, siempre tuvisteis razón. Siempre fuisteis el futuro. Solo llegasteis antes y habéis sufrido un mundo que no estaba preparado para escuchar vuestros insistentes, constantes, irritantes y aflautados gritos desesperados. Siempre tuvisteis razón ¿qué mejor regalo puedo haceros? Gracias por todo ese sacrificio. Nunca voy a olvidar el precio social que pagasteis por llevarnos al futuro. #ViernesDeApreciacionAlLinuxero
Pero que no quede en mi, por favor. Quiero leer vuestras historias, anécdotas y homenajes a nuestros queridos Linuxeros. Podéis usar el hashtag o no usarlo. Podéis hacer una distro que tenga que instalar en un portatil viejo en el que tenga que ejecutar un código sin sentido para poder leer vuestro comentario. Las opciones, geacias a Linux, son ILIMITADAS.
Me gusta mucho que el logo de linux ya nació con ojitos de resignación. O eso o con un fume importante.
