Marcos M. 🚲<p>En 2019, un país al que todos los ricos consideraban no desarrollado, le puso patitas con ruedas a una estación de autobuses que pesaba de 30.000 toneladas y la giró 90 grados para dejar pasar a las vías del tren. ¿Cuántas patitas? 532 gatos hidráulicos. Elevaron la estación, la pusieron ruedas y luego la giraron.</p><p>No es coña, los chinos movieron un edificio de treinta mil toneladas haciéndolo girar desde uno de sus extremos. No era la primera vez que hacían una salvajada así (ni sería la última) y ya tenían bastante experiencia. El desarrollismo chino es tal que a veces los proyectos de transporte público se pisan unos a otros en cuestión de años.</p><p>La estación de autobuses de Houxi se había constrido en 2015, año en que los países re-escribieron los Objetivos del Milenio para convertirlos en los Objetivos de Desarrollo Sostenible), y en 2017 alguien pensó "vaya, este espacio sería magnífico para una vía ferroviaria". Y vaya si lo era. Ahora la estación de autbuses es también de tren.</p>