Breve reseña de la película «Cómo hacerse millonario antes de que muera la abuela» de Pat Boonitipat y Thodsapon Thiptinnakorn.
Son muchas las virtudes que quiero destacar de esta película. El argumento no es ninguna novedad: todos sabemos lo que va a ocurrir al final; la grabación es también particularmente directa al respeto y, sin embargo, es vibrante, enérgica y profundamente emotiva.
En primer lugar, quiero destacar la fotografía. Hay una exquisita atención a los detalles. A través de la imagen, nos adentramos en el barrio chino de Bangkok, Tailandia. Podemos ver el tipo de clima, el nivel de vida, los trabajadores, el modo de vida de las gentes y las menudencias acumuladas que, de alguna forma, casi invisibles, son las que confirman las particularidades de los espacios: la forma de las calles, el cableado astroso, las humedades o las suciedades de un barrio pobre.
Es al frente de ese fondo tan real como sincero por donde se mueven los personajes del filme: una familia imperfecta e individualista cuyos miembros no carecen de amor mutuo, pero desde luego sí del suficiente para movilizarse más allá de sus propios intereses. En este momento, la abuela (Ahma), tradicional y terca, es diagnosticada con un cáncer terminal. Su nieto M., superficial, inmaduro y haragán, ve en ello la oportunidad perfecta para heredar y enmendar su orgullo de videojugador fracasado en la red.
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