8. La tumba de las luciérnagas, Isao Takahata, 1988, Japón
Esta es, probablemente, la película más triste y dura que haya visto en mi vida, y curiosamente es de animación.
En el Japón de finales de la II Guerra Mundial, dos hermanos (Seita, de 14 años y Setsuko, de 5 años) tratan de sobrevivir después de que su madre haya fallecido en un bombardeo de la aviación americana en Kobe. Aunque inicialmente buscan ayuda quedándose en casa de una tía, el desprecio que ella siente hacia ellos, termina obligándoles a abandonar la casa, lo que les lleva a buscarse la vida completamente solos guareciéndose en un refugio antiaéreo que iluminan con luciérnagas, mientras el hambre, la guerra y los bombardeos continúan sobre la ciudad.
Aunque muchos consideran el filme un máximo exponente antibelicista, diría que realmente refleja con un objetivo dolor la condición del egoísmo y la miseria humana. Está basada en un libro autobiográfico.